15 de Junio al 17 de Julio: Papa Paternalista

Me encontraba yo asistiendo a sesiones de psicoanálisis cuando vislumbré la posibilidad de recibir a Su Santidad en mi humilde morada.
Como el camino de la ciencia es largo y dificil, decidí resolver mis problemas con religión.
Así fue como el 4 de junio Su Santidad ingresó a mi vida.
Lo coloqué en mi habitación, en un lugar que prolijamente le había reservado. Admito que en ciertos momentos su presencia intimidaba...
Mi vida transcurría normalmente, no notaba cambio alguno, y empecé a preguntarme si debía seguir algún ritual, ofrendarle algo o simplemente rezar. La verdad es que no sé hacer ninguna de las tres.
Continué inmersa en la vorágine cotidiana: del trabajo a casa y de casa al trabajo, como aconsejaba el general.
A la semana siguiente dió su primer señal: una señal de humo... de humo negro... de olor a cable quemado... mejor dicho a fuente y memoria RAM quemadas... SI! el muy h..de p.. me quemó la computadora!! Una semana sin trabajar, una semana sin internet. Pico de estrés.
Segunda señal: Gripe. -Con la salud no se jode viejo degenerado. -Le grité indignada, lo que me costó 4 días de fiebre, tos y dolor de cabeza. Por ende no pude asistir a terapia esa semana.
Además cabe mencionar, se rompió la canilla de la ducha.


Repasemos entonces: Sin internet, enferma, confundida, aseándome en condiciones paupérrimas... me sentía en el siglo pasado.



Esa fue mi experiencia papal, un viaje en el tiempo de la humanidad. Una aventura a la precariedad, un periplo liturgico, una regresión en la evolución del hombre, que no le deseo a nadie, pero recomiendo experimenten.

Adiós!

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